LOS SANTOS INOCENTES

 

 Cuenta la situación de penuria y miseria que viven una familia de campesinos bajo el mando de los señores de un cortijo, en la España posterior a la Guerra Civil. La familia está formada por un matrimonio y sus tres hijos, uno de ellos con un grave problema mental. A esta familia se une el hermano de la mujer, Azarías, que también tiene problemas mentales.
Está dirigida por Mario Camus y protagonizada por Alfredo Landa, Paco Rabal y Terele Pávez en los papeles principales y también por Agustín González, Juan Diego y Mary Carrillo como personajes más secundarios. Es la adaptación de una novela homónima de Miguel Delibes, y en su guionización trabajaronAntonio Larreta, Manuel Matji y el director, Mario Camus.
En su momento fue la película más taquillera del cine español y el propio Delibes aseguró "Es la primera vez que me gusta más el libro que la película". En aquella época (1983) no existían los premios Goya, pero este film ganó en el festival de Cannes el premio a la mejor interpretación masculina, para Paco Rabal y Alfredo Landa.
En mi opinión, se trata de una de las meyores obras maestras del cine español. No resulta nada agradable por la penuria y miseria que refleja, y más aún sabiendo que todo lo que cuenta son ejemplos de una situación que se dio en este país hasta hace relativamente poco. Hablando ya en términos propios del cine, la interpretación es de las más espectaculares de nuestro cine, estando a la misma altura Alfredo Landa como Paco Rabal, demostrando ambos que sólo necesitaban tener un buen papel que interpretar para hacerlo bien. En este film, la actuación masculina suele eclipsar a la femenina, pero yo no paso por alto la perfecta actuación que nos ofrece Terele Pávez, siempre perfecta en todos sus roles. Hasta los personajes secundarios son creíbles.
Por otro lado, la música es más que correcta, con esos tambores que suenan de repente y que manipulan tus sentimientos hacia la peícula.
La ambientación en general es perfecta, el cortijo, la vivienda de los campesinos, el hospital, etc, parecen absolutamente reales.
Insisto en que es una película bastante desagradable y cruda pero es de esas que te marcan, que ves una vez y años después te sigues acordando de todo perfectamente. Esa situación no se olvida tan fácilmente. Jamás olvidaré a Paco, que trabaja de sol a sol y es sometido, casi como un esclavo, por su señorito. A Régula, su mujer, siempre conteniéndose para no llorar y respondiendo a todas las órdenes con un "a mandar, señorito. Para eso estamos". Ni a ese pobre Zacarías, que no es consciente de su situación y al que sólo le importa el amor de la Milana, un ave rapaz que siempre le acompaña y por la que es capaz de arrebatar la vida a otras personas, como se acaba viendo.
En definitiva, una auténtica obra maestra de nuestro cine que hay que ver y que te marca, pero que con verla una vez te llega.